La historia de la relojería está marcada por piezas que trascienden el tiempo, no solo por su precisión, sino por su diseño y carácter. Una de esas piezas emblemáticas es la Conquest, la primera colección registrada por Longines en 1954, que hoy renace con fuerza y sofisticación bajo el nombre Conquest Heritage, en dos nuevos tamaños: 38 mm y 40 mm.
Este relanzamiento no es una simple reinterpretación estética, sino una declaración de principios. Longines reafirma su vocación de unir tradición y vanguardia, recuperando los códigos visuales que hicieron célebre a la colección —la elegancia deportiva, el equilibrio de formas, la sobriedad de líneas— y dotándolos de una modernidad sutil que seduce a los amantes del buen gusto contemporáneo.
El diseño de estos nuevos modelos mantiene intacta la esencia de la Conquest original: una esfera limpia, proporciones armoniosas y un estilo atemporal, que ahora se actualiza con materiales y tecnologías de última generación. Su corazón late con un movimiento automático de alto rendimiento, reflejo del compromiso de la firma con la excelencia técnica.
Uno de los elementos más distintivos de esta colección es el medallón de oro de 18 quilates esmaltado a mano, que adorna el fondo de la caja y que desde su introducción se ha convertido en el sello de identidad de la línea. Este detalle artesanal simboliza no solo la herencia de la marca, sino su dedicación a preservar lo auténtico, lo duradero y lo bello.
En definitiva, la nueva línea Conquest Heritage no es solo un tributo al pasado glorioso de Longines, sino también una apuesta firme por un presente en el que la elegancia atemporal sigue teniendo un lugar privilegiado. Una pieza pensada para quienes buscan más que un reloj: un legado que se lleva en la muñeca.